
10 Ago 9 razones que se pueden esconder detrás de una infidelidad
¿Qué es la infidelidad?
Ser infiel es romper un acuerdo al que hemos llegado en la pareja y que es necesario para que podamos sentir confianza el uno en el otro.
Y es muy importante que estos límites se hablen de forma abierta para que no haya posibilidades de que se produzcan malos entendidos.
Es importante definir qué significa ser infiel, porque puede variar mucho lo que se considera infidelidad de una cultura a otra, e incluso de una persona a otra.
Se puede ir desde el extremo de no gustarte que tu pareja mire a otro/a por la calle, a relaciones abiertas donde se pueden mantener relaciones sexuales con otras personas, sin que esto suponga una traición o engaño.
Hay veces en las que uno necesita que esos límites sean más estrechos y el otro necesita más libertad. En principio esto no es ni malo ni bueno, pero es necesario dejarlos claros desde casi el principio de la relación para que uno no se sienta ahogado y el otro viva constantemente en alerta de una posible infidelidad.
Si hablamos de razones, podemos encontrar tantas como personas existen, pero aquí te dejo un pequeño resumen.
Las 9 razones más comunes
- No saber estar solo. Hay personas que ‘necesitan’ estar en una relación y esa necesidad hace que, antes de dejar una relación, se aseguren que ya hay otra persona que va a sustituir a la anterior. Sobra decir que empezar una relación desde la imposibilidad de estar solo, es empezar a construir una casa sobre unos cimientos muy débiles.
- Pensar que una vez se ha acabado la fase de enamoramiento se ha acabado del todo el amor. Si confundimos ese subidón que produce el enamoramiento con amar a la pareja, hará que cuando este se reduzca, y siempre lo hace porque estamos programados biológicamente para ello, no sepamos continuar más allá.
- Sentirse inseguro frente a la pareja. Esa inseguridad producida por tener una pareja que pensemos que es más joven, más atractiva, etc. que nosotros, hará que busquemos de forma inconsciente reafirmar nuestro valor, sentirnos mejor volviendo al mercado amoroso y demostrándonos que pueden haber más personas interesadas en nosotros. El problema es que las infidelidades causadas por este motivo no suelen ser muy pensadas, ni meditadas, y el arrepentimiento está a la vuelta de la esquina.
- Por querer dejar la relación en la que se está y necesitar tener una vía de escape. No es fácil dejar a una persona, y a veces por el miedo a hacerle daño o no saber cómo decirle las cosas, le acabamos haciendo más daño aún, poniéndole los cuernos.
- También, si se tiene un trauma no resuelto, como un abandono emocional, maltrato físico o abuso sexual se puede ser más propenso a ser infiel a sus parejas. La fidelidad también se educa y nos va a influir cómo se ha manejado en nuestro entorno familiar.
- Creer que, mientras no nos pille, la persona con la que estamos no va a sufrir y no va a tener ninguna consecuencia. Puede que te acaben descubriendo o puede que no, pero en ti o en la otra persona habrá consecuencias.
- Por venganza si consideramos que nuestra pareja ha tenido un comportamiento que nos parece injusto. Quizás como sospecha de una infidelidad de la otra parte, antes de preguntárselo, preferimos ser nosotros también infieles.
- Por aburrimiento. Son personas que no están mal en la relación que tienen pero a veces se aburren y quieren probar algo diferente, encontrando placer en tener una relación secreta.
- Cuando tenemos expectativas irracionales de lo que una pareja debe ofrecernos, esperando que cumplan todas nuestras necesidades y deseos. Cuando estas expectativas fallan, y esto es algo inevitable, se puede sentir que la infidelidad está justificada. Los adultos que han sido muy mimados de pequeños son más propensos a ser infieles, ya que esperan el mismo trato por parte de su pareja del que han tenido de sus padres.
Conclusión
Definitivamente, cumplir el acuerdo al que hemos llegado con nuestra pareja, mientras sintamos que lo queremos mantener, es una decisión que tenemos que tomar casi cada día.
Y lo tenemos que hacer, sobre todo como una forma de cuidar la relación que tenemos con nosotros mismos, ya que es la relación más importante y duradera que vamos a tener en la vida.
Al final, al traicionar a nuestra pareja, nos estamos traicionando a nosotros mismos, lo que va a suponer mucho desgaste y hacernos vivir con estrés, miedo y culpabilidad. Incluso he visto personas que aparentemente lo llevan muy bien, pero empiezan a somatizar a nivel físico todo eso que llevan por dentro.
Afortunadamente la monogamia hoy en día, por lo menos en nuestra sociedad, se puede elegir.
El lado positivo es que nos permite disfrutar de mucha confianza, intimidad, compromiso y amor pero, como todo en la vida, tiene su lado negativo y también nos obliga a renunciar a vivir otras realidades.
Así que es una decisión que está totalmente en nuestras manos y es necesario ser muy honesto con uno mismo en todo momento.
Y tú, ¿has sufrido la infidelidad por parte de alguna de tus parejas? ¿Has sido tú infiel alguna vez? ¿Cómo acabo la relación?
Cuéntame en comentarios. Me encantará leerte.