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El error de pensar que necesitas que tu pareja cambie para ser feliz

EL ERROR DE PENSAR QUE NECESITAS QUE TU PAREJA CAMBIE PARA SER FELIZ

El error de pensar que necesitas que tu pareja cambie para ser feliz

Los errores más comunes y que generan mayor sufrimiento son que ‘sin pareja mi vida nunca va a estar completa’ y, cuando la tienes, que ‘tu felicidad está totalmente en sus manos’. Según esta teoría es una cuestión de suerte, de hecho se dice mucho esto de ‘yo es que tengo mala suerte en el amor’, ‘no estoy hecho para estar en pareja’, ‘es que siempre me tocan parejas’…

Pero, desde este punto de vista, resulta que cuando tenemos pareja y ya ha pasado esa primera euforia inicial, acabamos siendo más infelices que nunca. Puede ir desde una sensación de que algo falta, de vacío o desasosiego, a sufrimiento puro y duro con mucha tristeza y rabia acumuladas.

La petición que me suele hacer la persona que me contacta es ‘por favor necesito que cambies a mi pareja para que yo pueda volver a estar bien’. Y ahí debemos empezar un trabajo de recuperar cada uno la responsabilidad sobre nuestras emociones y descubrir qué es lo que nos están queriendo decir esas emociones y sensaciones. 

Cuando nacemos, llegamos a un mundo en el que somos 100% dependientes de las personas que nos cuidan. Esta vulnerabilidad extrema seguramente se encuentra con padres que no saben dar el amor y la comprensión que necesitamos. Y esto ocurre porque tampoco ellos llegaron a recibir nunca ese amor.

Nos han cuidado de la mejor manera que han sabido y podido. Sin embargo, ese niño que fuimos se convierte en nuestro niño interior y nos acompaña en la edad adulta con todos los miedos, heridas y creencias, en su mayor parte inconscientes, sobre el amor que adquirimos con nuestros padres.

Pero llega un momento en el que necesitamos establecer un compromiso con nuestro niño interno de ‘voy a cuidar de ti y voy a darte todo el amor del mundo’. Esto pasa por ir atendiendo una a una, a medida que vayan surgiendo, todas las heridas y todos los miedos que aparecen.

Por mucho que nos pueda querer nuestra pareja, nunca va a saber consolar y atender a ese niño interno de la forma que necesita. Lo interesante de las relaciones de pareja es que son las experiencias vitales que más nos hacen entrar en contacto con nuestro niño dolido. El problema es que en lugar de mirar hacia dentro, hacia nuestro niño, miramos hacia fuera y le pedimos a nuestra pareja que haga algo. Pero es probable que nos llevemos la misma decepción que nos llevamos con mamá y papá, que no tuvieron mucha idea de qué hacer con esa responsabilidad.

Por eso, cuando alguien viene a mi consulta con la idea de cambiar a su pareja, tengo que decir que, aunque eso suceda, tu niño herido seguirá ahí y, antes o después, ese dolor va a salir. Así que, mientras sigas mirando hacia fuera, el sufrimiento está asegurado.

Cuando hacemos el movimiento de girar la cabeza hacia el interior y establecer el compromiso de ‘pase lo que pase voy a estar contigo’, podremos vivir las relaciones de forma más plena y responsable.

Toda experiencia en la vida se puede utilizar como un trampolín para el crecimiento o como un pozo en el que hundirse. ¿Tú qué decides?



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